Por qué alguien usaría whatsapp en lugar de mensajes de texto
Si alguna vez has extraviado tu teléfono, es posible que hayas experimentado un leve estado de pánico hasta encontrarlo. Alrededor del 73% de las personas afirman experimentar este sabor único de ansiedad, lo que tiene sentido si se tiene en cuenta que los adultos en los EE.UU. pasan un promedio de 2 a 4 horas al día tocando, escribiendo y deslizando en sus dispositivos, lo que suma más de 2.600 toques diarios. La mayoría de nosotros estamos tan ligados a nuestra vida digital que a veces sentimos que nuestros teléfonos vibran en nuestros bolsillos cuando ni siquiera están ahí.
La dopamina es una sustancia química producida por nuestro cerebro que desempeña un papel estelar en la motivación del comportamiento. Se libera cuando probamos un bocado de comida deliciosa, cuando tenemos relaciones sexuales, después de hacer ejercicio y, sobre todo, cuando tenemos interacciones sociales satisfactorias. En un contexto evolutivo, nos recompensa por comportamientos beneficiosos y nos motiva a repetirlos.
El cerebro humano contiene cuatro grandes «vías» de dopamina, o conexiones entre diferentes partes del cerebro que actúan como autopistas para los mensajes químicos llamados neurotransmisores. Cada vía tiene sus propios procesos cognitivos y motores (movimiento) asociados. Tres de estas vías -la mesocortical, la mesolímbica y la nigroestriada- se consideran nuestras «vías de recompensa» y se ha demostrado que son disfuncionales en la mayoría de los casos de adicción. Son responsables de la liberación de dopamina en varias partes del cerebro, lo que determina la actividad de esas áreas. La cuarta, la vía tuberoinfundibular, regula la liberación de una hormona llamada prolactina, necesaria para la producción de leche.
La psicología detrás de la órbita
¡Lo tengo! 10 de mayo de 2021, 03:02pm EDT|Lo admito. Estar fuera de WhatsApp no es fácil en 2021. Me imagino que muchos lectores se preguntan cómo es posible, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que muchos han experimentado la totalidad de su interacción humana a través de un cristal de mano desde el comienzo de esta década. Pero para aquellos que tengan curiosidad por saber si es posible vivir una vida plenamente funcional sin WhatsApp, puedo asegurarles que sí lo es, y que hay algunas razones importantes por las que incluso podría ser una buena idea.
BARGTEHEIDE, ALEMANIA – 03 DE MAYO: (BILD ZEITUNG OUT) En esta ilustración fotográfica, una aplicación de WhatsApp en … [+] IOS App Store el 03 de mayo de 2021 en Bargteheide, Alemania. (Foto de Katja Knupper/Die Fotowerft/DeFodi Images vía Getty Images)
Mi odio no es algo específico de WhatApp, y en muchos sentidos es la clave de su éxito, pero el problema número 1 de muchas aplicaciones es que son protocolos disfrazados de plataformas.
Otro ejemplo es el correo electrónico. Es probable que tú y yo utilicemos proveedores de correo electrónico muy diferentes. De hecho, puede que incluso tengas tu propio servidor de correo y no respondas a un tercero para entregar tu correo. A pesar de estas diferencias, puedo escribirte un correo electrónico y tener absoluta confianza en que será enviado (y recibido) a pesar de las diferencias entre el hardware, el sistema operativo, el proveedor de software y la plataforma de correo electrónico que utilizas.
¿Por qué está orbitando alrededor de mí después de fantasear
Fictosexualidad, fictoromancia y fictofilia son términos que se han popularizado recientemente en los entornos online como indicadores de sentimientos fuertes y duraderos de amor, enamoramiento o deseo por uno o varios personajes de ficción. Este artículo explora el fenómeno mediante el análisis temático cualitativo de 71 discusiones online relevantes. De los datos surgen cinco temas centrales: (1) paradoja fictofílica, (2) estigma fictofílico, (3) comportamientos fictofílicos, (4) asexualidad fictofílica y (5) estímulos supernormales fictofílicos. Los resultados se discuten más a fondo y, en última instancia, se comparan con los debates a largo plazo sobre la sexualidad humana en relación con los personajes de ficción en la psicología de los medios de comunicación japoneses. Se sugieren contextos para futuras conversaciones e investigaciones.
Este artículo ofrece un análisis exploratorio y una conceptualización de una noción recientemente establecida que tiene al menos tres etiquetas populares: fictosexualidad, fictoromancia y fictofilia. Todas estas etiquetas apuntan a un fuerte y duradero sentimiento de amor, enamoramiento o deseo por un personaje de ficción. Dado que nuestro análisis no se limita únicamente a los sentimientos sexuales o románticos, optamos por utilizar la etiqueta más general, fictofilia, en lo sucesivo (-filia del griego ϕιλι’α, ‘amistad’ o ‘amor’). El estudio se basa en un análisis cualitativo de 71 discusiones online relacionadas, cuyas implicaciones se discuten finalmente en contextos transculturales más amplios y en la psicología de los medios de comunicación japoneses en particular. En consecuencia, el objetivo aquí es comprender mejor qué es la fictofilia.
Cómo responder a la orbitación
Es realmente agradable tener un admirador en tu vida. No es ningún secreto que las mujeres prosperan con mucho amor y atención. También es cierto que a veces esas primeras citas que creías que eran de una noche se convierten en amantes y maridos. Sin embargo, hoy en día es demasiado común que una mujer conozca a un chico y luego éste se obsesione peligrosamente con ella.
Esto suele ocurrir en el momento del rechazo, ya sea tras la primera cita o después de unos años de estar juntos, pero puede ocurrir en cualquier momento de la relación. Los celos y la inseguridad suelen formar parte de la personalidad del acosador, y a menudo éste simplemente no está bien de la cabeza o no es consciente de lo que hace porque le han enseñado que el comportamiento posesivo forma parte de una experiencia romántica.
La obsesión suele conducir al acoso, según un estudio realizado en la Universidad Estatal de Colorado y publicado en su página web del Centro de Defensa de la Mujer y el Género. Una de cada seis mujeres será víctima de un acosador obsesivo en su vida. Dos tercios de estos incidentes de acoso serán de una pareja actual o anterior.